El Defensor del Pueblo andaluz, Jesús Maeztu, ha advertido hoy sobre el incremento de la desigualdad a causa de la inflación, la guerra de Ucrania, el precio de la luz o el agua, y el aumento del coste de las hipotecas y los alquileres. “En la cola de la desigualdad se está quedando cada vez más gente”, ha subrayado el Defensor.
“Los Defensores estamos obligados a mirar a la cola, que es cada vez más larga. Mirar a estos colectivos, que se están quedando fuera de los avances, porque ahí es donde se mide la desigualdad”, ha expuesto Jesús Maeztu ante el pleno del Parlamento de Andalucía, adonde ha presentado el Informe Anual de la Institución correspondiente a 2021. El Defensor ha ejemplarizado estas nuevas situaciones que llegan a su Oficina en “personas que tienen pudor en decir que son pobres; mujeres que no quieren decir que no llegan a final de mes, por dignidad, por sus hijos; familias de clase media que, no es que no lleguen a final de mes, no llegan ni a la mitad; o jóvenes agredidos, desestabilizados... pues un día es la pandemia, otro la inflación, la vivienda o el empleo, otro la guerra o el cambio climático”.
Ante esta situación, Jesús Maeztu ha señalado que “no podemos asumir como normal lo que es inaceptable”, y ha abundado en que, “como siempre cada vez que hablamos de crisis, los más afectados son las personas y los hogares que ya sufrían mayor exclusión social”.
El Defensor del Pueblo andaluz ha aportado a los diputados y diputadas un balance del ejercicio de referencia, en el que ha destacado como grandes materias de reclamaciones ciudadanas –más de 28.000 actuaciones para las más de 35.000 personas que acudieron al Defensor andaluz- la atención sanitaria; la justicia climática y la transición energética, y la brecha digital.
En cuanto a la salud, el Defensor ha hecho hincapié en los retrasos en la atención primaria y en la necesidad de trabajar en la atención a las personas mayores, en especial, en un nuevo modelo de residencias. Sobre la salud mental, el Defensor ha reclamado “recursos que estén fuera de la economía familiar para la recuperación de las personas con trastornos mentales, y para ir eliminando las causas que provocan estas enfermedades”.
Maeztu ha destacado la relación entre el agravamiento de la salud y el cambio climático, como las pandemias y los casos de salud mental. Por ello, ha reclamado políticas de justicia climática. También este aspecto el Defensor ha resaltado los costes de la transición energética, con un encarecimiento de la luz y barrios que están sufriendo cortes en el suministro. “Sin luz es imposible vivir”, ha sentenciado Jesús Maeztu.
La necesidad de información y asesoramiento ante las medidas emprendidas por las administraciones públicas también se han incrementado en el ejercicio anual de la Institución. De estas solicitudes, el Defensor ha advertido sobre la brecha digital en la relación de la ciudadanía con las administraciones públicas, lo que está provocando la aparición de “nuevos excluidos” debido a la transformación digital. Para el Defensor, los principales perjudicados han sido personas necesitadas de ayudas de emergencia para la subsistencia (un ingreso mínimo), para evitar un desahucio, o para determinado tipo de pensiones (no contributivas), ya que “otra vez los más afectados han sido las personas y los hogares que ya sufrían mayor exclusión social”.
El Defensor ha expuesto a los diputados que, para adaptarse a estos retos, la Institución está desarrollando las líneas prioritarias de la Estrategia 2021-2024 que permitirá al Defensor del Pueblo andaluz conectar con estos cambios sociales. Un trabajo que se complementará con la celebración el próximo año del 40 aniversario.
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