El Defensor del Pueblo andaluz en funciones, Jesús Maeztu, ha presentado hoy un Decálogo de principios irrenunciables para la Defensoría que sirvan para "volver la mirada hacia las personas tras diez años de crisis".
En la presentación del Informe Anual 2018 ante el Parlamento de Andalucía, Jesús Maeztu, ha ofrecido este Decálogo como una alianza entre los poderes públicos y la sociedad para que "se hable de lo que importa en la calle, de las cosas de comer, del pluriempleo, de la crianza de los hijos y de la angustia del final de mes”, ha concluido el Defensor del Pueblo su comparecencia, en la que ha reclamado "atender de manera prioritaria las necesidades cotidianas de los hombres y mujeres; una existencia digna; lograr empleos estables y sin precariedad; erradicar la pobreza infantil; la importancia de la educación y la recuperación del talento; conseguir un modelo económico sostenible que supere la tolerancia a un turismo y una creciente producción salvaje y desbocada; la vivienda como bien social; y la igualdad, sin importar ni el género ni la orientación sexual".
Este Decálogo de principios, a partir de las reclamaciones que han trasladado los andaluces y andaluzas al Defensor del Pueblo, consiste en una educación inclusiva y que fomente la igualdad de oportunidades; una sanidad que permita vivir saludablemente; Renta básica, techo digno, luz y agua; Respuestas judiciales y administrativas sin dilaciones indebidas; la defensa de las personas mayores y de la infancia; la atención a las personas con discapacidad; la igualdad de hombre y mujer; la igualdad de las personas con independencia del lugar de nacimiento; el respeto a la sostenibilidad y al patrimonio; y la participación, transparencia, cercanía y mediación de conflictos.
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