Ante todo, una enferma. No una reclusa

Pedimos igualdad y equidad para atender a las personas enfermas de hepatitis en prisión.

La interesada nos refiere que padece hepatitis C y nos indica que ha sido excluida de su participación en un ensayo clínico, a pesar de que fue inicialmente aceptada, por el mero hecho de encontrarse institucionalizada.

Refiere que el tratamiento al que puede acceder es el mismo que están siguiendo la mayoría de sus compañeras de prisión que se ven afectadas por la misma patología, y se siente discriminada por esta situación.

Pues bien, esta situación es un ejemplo añadido de las dificultades que padecen muchas personas enfermas de hepatitis a la hora de acceder a los tratamientos aconsejados en análogas situaciones y que se presta a la población común.

Según el compromiso anunciado por la Consejería de Salud, esta paciente podrá solicitar la asistencia médica especializada y, en términos de igualdad, acceder a las prestaciones farmacológicas que su dolencia aconseje. Para ello le informamos de que se dirigiera a los servicios médicos del centro penitenciario para canalizar su atención.