El trabajo ordinario de la Institución en la recepción, estudio y análisis de las quejas dio lugar a la toma de conciencia de las incomodidades que padecen los usuarios de la sanidad que frecuentan los centros hospitalarios, soportando difícilmente la reducción de calidad de vida que la permanencia en el Hospital lleva consigo.
Más allá de la estricta prestación médico-asistencial, preocupados por el respeto a la dignidad humana y la libre personalidad del ciudadano, se realiza un estudio sobre los aspectos no asistenciales de la realidad hospitalaria, las prestaciones accesorias a la sanitaria, tales como aceptabilidad, información, confortabilidad del alojamiento, comunicaciones, atenciones, comodidades, y en definitiva, el grado de acogida del hospital a los propios usuarios que da sentido al sistema.
Al final se realiza una recomendación general para que se privilegien las medidas de humanización de la prestación sanitaria, evitando el distanciamiento médico-paciente que marca la tendencia de la tecnificación asistencial, convirtiendo el trato directo, humano y personalizado en la pauta rectora de las relaciones entre servidores y pacientes.
Publicado dentro del Informe anual de 1993 (BOPA nº 5, de 29-7-1994, IV Legislatura).
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